De Uribe a Petro: Lizcano salta de un extremo al otro, ¿quién es realmente este candidato presidencial?

Se lanzó a la Cámara de Representantes en 2006, buscando aprovechar la ola del expresidente Álvaro Uribe. Foto • MSN

Redacción El Caldense

Manizales, Caldas

Mauricio Lizcano, el hombre que quiere ser presidente, no es solo el hijo del político secuestrado, sino también el exministro que parece haber pasado por todos los matices políticos, sin que nadie sepa muy bien a qué huele su ideología. Tras años de hacer carrera en el entorno conservador, el joven político se lanzó a la arena política con un repentino cambio de rumbo: ahora dice que no tiene nada que ver con los extremos. ¿Es un cambio genuino o simplemente una maniobra para navegar en las aguas del poder actual?

La tragedia familiar que marcó su vida, el secuestro de su padre Óscar Tulio Lizcano por las FARC, lo lanzó a la fama nacional. Pero, más allá de la conmoción, su ascenso político tiene algo de cuestionable: con el respaldo del Partido de la U, el mismo que representaba el uribismo, se lanzó a la Cámara de Representantes en 2006, buscando aprovechar la ola del expresidente Álvaro Uribe.

En aquellos días, Mauricio se presentaba como un hombre en lucha por la justicia, pero ¿es esa la historia completa? ¿O se trata de un oportunista que, tras disfrutar de los beneficios de un gobierno de derecha, ahora intenta posicionarse como un nuevo líder de centro? En un país donde el cambio de banderas políticas es tan común como el clima, la trayectoria de Lizcano despierta dudas más que certezas.

¿Y qué pasó después de su lanzamiento en 2006? Mauricio no solo continuó en el Partido de la U, sino que también se acomodó bajo el ala de Uribe, buscando aprovechar el capital político heredado de su padre. Pero tras la llegada de Gustavo Petro al poder, la historia de Lizcano dio un giro inesperado. Ahora, es parte de un gobierno de izquierda, pero ¿acaso esa transición es sincera? ¿O es simplemente una estrategia para mantenerse relevante en la política nacional?

Ahora, mientras sueña con la presidencia, Mauricio Lizcano es visto por muchos como un hombre que se adapta a las circunstancias. Un político que, si bien tiene una historia conmovedora, también deja más preguntas que respuestas. ¿Será el cambio que dice haber experimentado real o solo una táctica para alcanzar el poder? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es clara: el camino de Lizcano está marcado por una constante necesidad de reinventarse.

Artículo Anterior Artículo Siguiente