Aranzazu tendrá un mural en Holanda, obra del pintor Alex Castaño

Aranzazu tendrá un mural en Holanda, obra del pintor Alex Castaño
Quiero pintar un barranquero, una chapolera mirando al pueblo y un campesino. Fotomontaje • El Caldense.

Gerónimo Alzate Arias 

Manizales, Caldas

Alexander Castaño creció en Aranzazu trazando dibujos en los cuadernos escolares. Lo que comenzó como un pasatiempo se transformó en un camino de vida: el muralismo. Su historia es la de un pintor empírico que encontró en la práctica y en la libertad del óleo una forma de construir identidad y abrirse espacio en el arte urbano.

“Desde pequeño sentí atracción por el arte. Empecé en la escuela, dibujando superhéroes en los cuadernos”, recuerda. Más tarde estudió publicidad, carrera que lo acercó a las manualidades y lo condujo a los pinceles. De allí pasó al lienzo y luego a la calle, donde el muralismo le permitió expandir su creatividad.

Con el tiempo exploró distintas superficies: sombreros, canecas y hasta máquinas de escribir. Sin embargo, el muralismo fue el punto de quiebre en su trayectoria, porque encontró libertad para expresarse. Esa búsqueda lo llevó también al arte abstracto, donde canalizó sus emociones con nuevos lenguajes visuales.

Su carrera dio un salto en Holanda, país que describe como un espacio donde se respeta y se valora el arte callejero. Allí visitó galerías y conoció un ambiente de libertad creativa que lo inspiró. De esa experiencia surgió un proyecto: pintar un mural en una iglesia de La Haya (Den Haag).

El mural será un homenaje a Aranzazu. “Quiero pintar un barranquero, una chapolera mirando al pueblo, un campesino, un Willys y de fondo la iglesia. Todo eso representa a Colombia, pero también a mi tierra”, explica. La obra llevará la frase “Aranzazu, Caldas, Colombia” junto a la bandera nacional.

En Holanda, dice, descubrió el poder de los colores colombianos para atraer miradas y provocar conversación. “Cuando pintaba en los parques, la gente se acercaba aunque no entendieran mi idioma. Eso me confirmó que el arte conecta y despierta curiosidad”.

Hoy, se prepara para este reto convencido de que el muralismo es una herramienta de encuentro cultural. Y deja un mensaje a los lectores: “El arte lo libera a uno. No importa si lo empiezan como un pasatiempo, en el futuro será un refugio contra la soledad y una manera de mantener la mente activa. La inteligencia artificial podrá imitar un cuadro, pero nunca una pincelada hecha con el alma”.

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