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| El tratamiento, conocido como DB-OTO, fue desarrollado por la farmacéutica estadounidense Regeneron y aplicado en 12 menores entre 10 meses y 16 años. Foto • Guía infantil. |
Redacción El Caldense
Manizales, Caldas
Once niños sordos de nacimiento lograron escuchar por primera vez gracias a una terapia génica experimental que está marcando un hito en la medicina moderna. El avance, publicado en la revista científica The New England Journal of Medicine, representa una esperanza tangible para familias afectadas por pérdidas auditivas de origen genético.
El tratamiento, conocido como DB-OTO, fue desarrollado por la farmacéutica estadounidense Regeneron y aplicado en 12 menores entre 10 meses y 16 años. De ellos, 11 recuperaron distintos niveles de audición, y tres alcanzaron una sensibilidad auditiva normal. La innovación consiste en una sola inyección en la cóclea —el órgano interno del oído que convierte los sonidos en señales nerviosas—, donde un vector viral corrige la mutación en el gen OTOF, responsable de impedir la percepción del sonido.
Hasta ahora, la pérdida auditiva causada por esa mutación se consideraba irreversible. Sin embargo, los resultados obtenidos muestran mejoras notables en la capacidad auditiva de los menores, lo que ha sido calificado por los investigadores como un avance revolucionario. La terapia no solo restauró parcialmente la audición, sino que también permitió que varios niños reconocieran la voz de sus padres por primera vez.
El médico Lawrence Lustig, uno de los autores del estudio, destacó el impacto emocional del hallazgo: “Estos resultados son aún más conmovedores cuando se ven desde la perspectiva de las familias. Su situación ahora es inimaginable comparada con la de hace un año. Esto representa verdaderamente una nueva era en el tratamiento de la pérdida auditiva”, aseguró.
El ensayo clínico continuará en los próximos meses con la esperanza de consolidar los resultados y extender su aplicación a más pacientes. Si las pruebas mantienen su eficacia y seguridad, Regeneron planea solicitar la aprobación oficial del tratamiento a las autoridades sanitarias hacia finales de 2025. La comunidad científica sigue de cerca este avance, considerado uno de los hitos médicos más prometedores del año.

